UN BUEN SUPLENTE
Ser
suplente no es sinónimo de segundo lugar, no es un segundo puesto, tampoco es inferior
o es menos que el titular, no son el grupo de los menos talentosos de un equipo.
Ser un buen suplente es exigir al equipo a mejorar, a perfeccionar debilidades y desarrollar nuevas estrategias.
Alguna
vez estuvimos muy alegres por formar
parte de un equipo de deportes, pero la sonrisa se nos borra de nuestras
mejillas cuando seremos parte del grupo de suplentes, cuando no formamos parte
del equipo titular ¿Te has sentido así? creo que a todos nos a pasado. Sin
embargo, el no formar parte del equipo titular no es tan malo como parece.
Un
buen suplente no es aquel que está calentando una banca, no es el que pasa
meses entrenando para seguir en el mismo sitio donde empezó, no es causante de decepción del equipo al saber que lo tienen como suplente. Un buen suplente es
el que está preparándose día tras día para mejorar, está dispuesto a sustituir
o auxiliar al titular cuando ya no pueda
más, el buen suplente no es aquel que carece de talentos, al contrario es la
persona que entra para mejorar una situación difícil, es el que debe estar
listo para seguir avanzando con el objetivo.
Si
tenemos un equipo de fútbol con varios jugadores debemos seleccionar un equipo
titular, y un equipo de suplente, porque no todos pueden jugar al mismo tiempo, en
muchas ocasiones el equipo titular no son los más talentosos sino los más
disciplinados. La importancia de ser un buen suplente es grande, para que
nuestro equipo titular juegue mejor, necesitamos tener un buen equipo de
suplentes para que exijan a los titulares mejorar, si no tenemos un buen equipo
de suplentes que le haga frente al equipo titular, formaremos un equipo débil o
debajo rendimiento durante la competición, es decir, si mi equipo titular
siempre le gana un mal equipo de suplentes, no mejorarán nuevas estrategias, no
desarrollarán nuevas habilidades, se quedarán con el mismo nivel de rendimiento
y perderán ante equipos rivales.
Un
buen equipo necesita de buenos titulares y buenos suplentes, se necesita de personas
que no tengan ningún inconveniente en sustituir, que incluso sea mejor del que
auxilió. Para ser un buen suplente se necesita tener:
Disciplina;
para mejorar, adquirir y exigir nuevas habilidades, tener un horario de
actividades diarias y cumplirlas.
Perseverancia; no darnos por vencido ni desanimarnos, siempre mantenernos listos, preparado
para rendir de la mejor manera posible.
Ser
un buen suplente no es calentar una banca, porque no todo en la vida es un
equipo de fútbol, quizás en tu trabajo estás esperando un momento para
ascender, para ser el titular, o en la escuela o universidad aún no eres el
líder del grupo, pero la pregunta es ¿podrás sustituir de la mejor manera?, si
es así, enhorabuena, si no lo es, comienza a ser un buen suplente, prepárate,
se disciplinado y persevera hasta el fin.
Pero la semilla en la tierra buena, éstos son los que
han oído la palabra
con corazón recto y bueno, y la retienen, y dan fruto con superseverancia.
Lucas 8:15
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