MUJER

¡Mujer!

Aún en nuestros días se sigue arrastrando el deseo de ignorar el valor de la mujer, esa autoridad extrema llamada “machismo” ciega al hombre a entender que una mujer no es su prisionera, no es su camarera, ni tampoco es su objeto sexual.


Para poder entender el valor y el significado de una mujer debemos irnos al tiempo de su creación, resulta impresionante saber que después de que el mismo Dios manifestara que todo lo que creó era bueno y en gran manera vio algo que le hizo cambiar de parecer llevándolo a reconocer que no todo era bueno, el confiesa “No es bueno que el hombre esté solo”, lo que nos da a entender que el hombre sin la mujer está incompleto, falto, defectuoso, deficiente. Quizás algunos no admitan pensar que somos incompletos, puesto que el hombre fue creado con poder y autoridad para gobernar sobre la faz de la tierra, sin embargo, somos defectuoso porque carecemos de algo que posee la mujer independientemente de su estructura anatómica, una mujer tiene influencia.

Muchos creemos que somos autosuficiente y no necesitamos ayuda de nadie, mucho menos de una mujer, pero Dios no lo vio así y decidió crear nuestra ayuda idónea, la palabra ayuda hace referencia a la influencia necesaria y adecuada que nosotros necesitamos, porque sólo la mujer hace que el hombre de más allá del potencial que puede dar si no tiene una mujer.

La influencia de una mujer puede cambiar el curso de la historia para bien o para mal, existió una vez un gran hombre, fuerte y poderoso en batallas, muy temido por sus adversarios, ningún hombre ni animal le podían vencer, sin embargo un día cayo ante la influencia de una mujer e hizo lo que ningún otro hombre no pudo hacer, esta mujer no lo venció pero lo debilitó al tal punto de dejarlo vulnerable que pereció ante sus enemigos, esta es la historia de sansón y dalila. 

El valor de la mujer lo detalla una gran frase conocida por todos “detrás de un gran hombre, está una gran mujer”, el orden de la posición no es por superioridad,  al contrario, la mujer no está atrás del hombre por inferioridad, esta en ese lugar porque es el único ser que puede impulsar a un hombre a seguir adelante, es la que nos da aliento y ánimos cuando estamos cansados y desanimados, es la que nos mantiene de pie y no permite que retrocedamos, es la que nos extiende su mano y nos limpia cuando caemos. Si el hombre está delante de ella no es por superioridad, mas bien, es el encargado de enfrentarse ante los problemas, el debe protegerla y cuidarla, no está para destruirla.

Debemos saber que por causa del hombre fueron creadas las mujeres, entonces, ni el hombre es sin la mujer, ni la mujer sin el hombre, porque así como la mujer procede del hombre, también el hombre nace de la mujer.

Dios crea a la mujer exclusivamente para el hombre, pero no para ser utilizadas, no las diseñó para ser pisoteadas, golpeadas o abusadas, tampoco es una recompensa, no fue creada para ser vista como un objeto sexual, tampoco está para cumplir nuestras arbitrariedades, Dios la creó para que el hombre pudiera tener una ayuda, fuerzas y aliento cuando nos hace falta.

Tú mujer, eres el punto máximo de excelencia de la creación de Dios, eres maravillosa, inteligente y hermosa, sin ti seriamos hombres incompletos, tus suave piel y tus cálidas sonrisas te convierten en el ser más amado, nunca permitas que te den un valor que no te corresponde y recuerda que tu valor no es por la cantidad de amigos en facebook o seguidores en instagram o twitter, vales más porque tu estima sobrepasa a las piedras preciosas, ten presente que las grandes mujeres crean y forman a grandes hombres, quien más que tú para llevar el linaje de la humanidad, mereces que te amen y te respeten como a ninguna, que te protejan y luchen por ti como cualquier reina.


Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Génesis 2:18

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