LA ENSEÑANZA

De hoy en día

El aprendizaje va de la mano conforme es la enseñanza, la enseñanza sigue los pasos dado por los avances metodológicos, y las metodologías cambian según el interés del hombre.


Nuestra primera enseñanza fue auditiva, aprendimos frases en monosílabas como “ma”, “pa” “si” o “no”, luego comienzaban a relacionar objetos con palabras para añadirle a la enseñanza auditiva la visual. A medida que avanza los años entramos a un sistema más metódico, comenzamos a tomar apuntes de clases, hacer tareas, leer, escribir. Sin embargo, la ciencia hace que el hombre adquiera nuevas formas de aprendizaje. Recuerdo que en mis tiempos de estudio tenía que transcribir en mi cuaderno lo que el profesor escribía en la pizarra, proyectaba en pantallas o lo que dictaba. Actualmente basta con tener un smartphone para tomar fotos de los apuntes y grabar lo que se dice en clases.

La enseñanza de hoy en día ha cambiado, cada vez preferimos sólo ver que leer, por lo que se crean diferentes tutoriales en muchos canales de youtube, y ¡sí que nos facilitan el trabajo! Pero, ¿Qué tan importante es este método de aprendizaje?, creo que es importante, si bien es cierto que podemos encontrar mucha información en páginas web, necesitamos ver que funcione, nos cercioramos de su autenticidad.  Hoy, estamos aprendiendo más según por el resultado de otros.

Lo mejor forma de enseñar, es lo que nosotros podemos otorgar, muchos no quieren saber cuántos libros hay que leer, ni cuál es el camino correcto por seguir, ellos quieren ver en nosotros algo que sea real, innegable, que funcione. Entender a través de nosotros que dicho camino provee grandes resultados. La mejor enseñanza está en lo que se testifica, y no en lo que se predica. Más importante no es lo que se diga, sino de cómo se viva.

“Tampoco creo que la literatura nos pueda enseñar a vivir, pero las personas que tienen preguntas sobre cómo vivir tienden a recurrir a la literatura”.  Judith Butler

No se puede pretender emitir un juicio de algo si nuestras acciones hablan por sí sola. La enseñanza de nuestros días sigue la metodología de nuestras acciones ortodoxas. Por lo tanto, lo que nosotros enseñamos debe ir de acuerdo con nuestra manera de vivir. No se puede enseñar a no robar, si no pagamos luz, agua o impuestos. No podemos enseñar a amar si vivimos con odio, resentimiento y envidia. Si queremos que no nos mientan, debemos recordar que las verdades a media son mentiras completas. No podemos exigir respeto, si no obedecemos ni a los más pequeños. Si somos incrédulos no podemos hablar de confianza porque no solo se trata de enseñar, sino de transmitir lo que se dice.

“La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón” Howard G. Hendricks

Las personas no son malas, tampoco son buenas, pero lo que vean en nosotros hoy, determinará lo que serán en el mañana, ¿Qué queremos enseñarles a nuestros amigos, hijos, familia? quizás estamos hablando mucho y actuado poco, tal vez pasamos mucho tiempo diciéndoles lo mismo, pero sin embargo seguimos igual. Las palabras pierden su efecto cuando no se demuestran por completo.

“Aquel que conoce el poder de la palabra presta mucha atención a su conversación. Vigila las reacciones causadas por sus palabras, pues sabe que ellas no retornarán al mismo punto sin haber causado su efecto”. Florence Scovel Shinn.

Vivamos de tal forma que no es necesario hablar para enseñar. Que lo que lo trates de escribir para enseñar sean plasmadas en las pizarras de nuestros corazones. No culpemos a los maestros por la educación de nuestros hijos si la mejor enseñanza empieza en el hogar. De la forma de la crianza y el ejemplo de nuestros seres queridos impartidos en nosotros y sobre otros, esa forma de aprender o de desaprender, marcando cosas que no queremos emular o aquellas que deseamos transmitir y practicar, valores que son la base de nuestra personalidad o las que nos ayudan a elegir que mejor decisión tomar por recordar ciertas actitudes o acciones de ellos.

“La filosofía tiene por objetivo la enseñanza de la virtud, el deber y la vida recta”. Cicerón

No fuimos creado para ser hombres de doble moral, no podemos hablar dos lenguajes distintos, que lo que se diga sea el resultado de lo que se hace, pero más aún, que lo que se hace hable más de lo que se diga. Que nuestras enseñanzas sean argumentadas en nuestros actos. Se una persona íntegra, de buen testimonio, que otros aprendan de ti, incluso aun cuando no pretendías enseñarles.

Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción y con toda honestidad. Pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? No debe ser un neófito, no sea que se envanezca y caiga en la condenación del diablo. También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en los lazos del diablo.
1 Tim 3:4-7 RVC

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